Nota: En la edición en papel del periódico Vivir Andújar correspondiente al mes de julio este artículo ha aparecido sin el último párrafo, he aquí el contenido al completo.

En estas semanas la provincia de Jaén ha visto ligeramente alterada su eterna siesta por dos acontecimientos aparentemente dispares pero coincidentes en la actual coyuntura que vive esta tierra, a saber, la situación del ferrocarril a su paso, o no, por la provincia y las movilizaciones en protesta por el precio, de autentica miseria, del aceite de oliva.

Hagamos un poco de historia. Por ley de 1873 se aprobaba la creación de la línea ferroviaria Jaén – Campo Real con la loable intención de dar salida a los productos de la zona hacía el puerto de Málaga. En 1891 se terminaba el tramo cordobés y dos años más tarde el jiennense. Ante la situación económica de la empresa el estado la intervine en 1936 ¿les suena?.

En 1969 Renfe decidió el casi total desmantelamiento de la línea aunque en parte siguió activa hasta 1985. En 2001 la Diputación Provincial recuperaba 55 kilómetros de su trazado como vía verde para uso recreativo de ciclistas y senderistas.

En1992 se inaugura la primera línea española de alta velocidad que une Madrid con Sevilla por Córdoba. Desde entonces la provincia de Jaén ha perdido el noventa por ciento de sus trenes.

Junio de 2019, el AVE llega a Granada y las redes sociales, y algún que otro colectivo, se indignan mucho por la marginación y el aislamiento ferroviario de la provincia como si este fuera una novedad.

En la inauguración del tramo granadino el presidente de la Junta recuerda la importancia que para Andalucía tienen las líneas del AVE para Almería y los trazados de Bobadilla-Algeciras o Sevilla-Málaga por Almodóvar del Río.

¿De Jaén? ni mu, un olvido, otro más.

Sevilla, 9 de Julio. El olivar el olivar andaluz, mayoritariamente jiennense, se manifiesta en Sevilla para protestar por los bajos precios del aceite de oliva en origen convocado por COAG y UPA sin contar con el apoyo ni de Asaja, ni de las cooperativas, ni de los fabricantes.

¿Se pueden pedir a las administraciones medidas contra  las maniobras de especulación sobre los precios del aceite con un sector completamente dividido cuando no enfrentado?, ¿Se puede, de verdad, luchar por un ferrocarril decente sin la unidad real, y activa, de las fuerzas políticas, sociales y económicas de una provincia eternamente aparcada en la vía estrecha del conformismo y la indolencia?.

 

Por Redacción

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